Los niños durante su crecimiento son más sensibles a los efectos nocivos de la radiación (x5 respecto un adulto, y hasta x10 en un prematuro).
Su protección es más importante que la de los adultos por varios motivos.
- Son más radiosensibles:
- Tienen más años para que se manifiesten los daños -siempre tardios- de la radiación
- Transportan el material genético a las siguientes generaciones
La dosis se reduce con una estrategia muy simple
- No hacer la prueba: solo las imprescindibles
- No hacer la pruebas con radiación ionizante Rayos-X : Evitar las radiografías y la Tomografia computada. Usar ecografia (ultrasonidos) o resonancia magnética (radiación electromagnética no ionizante).
- No hacer más proyecciones que las imprescidibles
- Reducir la superficie/volumen irradiado al mínimo imprescidible: colimar
- Evitar las repeticiones por movimiento: inmovilizar
- Reducir los parametros para emitir menos radiación por segundo (kVp y mAs bajos)
- Usar medios de protección: delantales plomados
- Reducir el número de controles o espaciarlos en pacientes
- Demorar los estudios no críticos a una edad algo más avanzada (pe. serie esquelètica de una displasia ósea más tarde del período neonatal.